Los tauren tienen una inmensa historia, muchas de los cuales se registran en paneles colgado en la tienda del Archidruida de Cima del Trueno. Estos mitos cuentan los importantes eventos de la historia de su pueblo, e ilustra las virtudes que mantienen como importantes.
Niebla del amanecer[]
Uno de los primeros mitos de los tauren, la Niebla del Amanecer cuenta sobre la creación del mundo y de la raza tauren por una deidad llamada la Madre Tierra. Antes de la edad de la memoria, la Madre Tierra sopló sobre las neblinas doradas y creó la existencia, transformando las nubes en interminables campos de fino trigo y cebada. Creó el día y la noche abriendo y cerrando sus ojos derecho e izquierdo alternadamente, An'she (sol) y Mu'sha (luna), respectivamente. La sombra de sus manos creó a los Tauren, los Shu'halo.
Dolor de la Madre Tierra[]
El Ciervo Blanco y La Luna[]
Cuenta sobre cómo la Madre Tierra dio a los Shu'halo el amor por la caza. Los tauren se convirtieron en grandes cazadores. Pero, un gran espíritu logró eludirlos: Apa'ro, el ciervo blanco (llamado Malorne por los elfos nocturnos). Los tauren cazaron a Apa'ro en los extremos de Azeroth, finalmente el ciervo huyó a los cielos, cuya cornamenta se enredó en las estrellas. Entonces, Mu'sha contempló cómo luchaba, enamorándose de él finalmente.
Mu'sha salvó al ciervo blanco a cambio de amor y concibieron un hijo, Cenarius, un semidiós, la unió del cielo con la tierra.
El Señor del Bosque y los primeros druidas[]
Cenarius creció como su orgulloso padre y se amistó con los tauren. Les enseñó los caminos druídicos, cómo hablar con los animales y las plantas. Con tal conocimiento, los tauren ayudaron al semidiós en mantener segura la tierra.
Odio del Centauro[]
La última de las historias tradicionales sobre los tauren toma lugar tras el desvanecimiento de Niebla del Amanecer y el inicio de la Edad de la Memoria. Cuando Cenarius dejó a los tauren, ellos emepezaron a perder todo lo que sabían. Al pasar esto, surgió una profunda maldición sobre los Shu'halo. Desde el oeste, una horda de criaturas asesinas llegó: los centauros. Aunque los Tauren lucharon por la Madre Tierra, los centauros no fueron derrotados. Los Tauren fueron desterrados esperando encontrar un nuevo hogar en los amorosos brazos de la Madre Tierra.