Los elfos sanguinarios se encuentran en prisioneros en jaulas mágicas en las mazmorras de Dalaran, esperando su inebitable ejecución, pero repentinamente aparece Lady Vashj, quien elimina a los guardias y libera a Kael'thas, de forma que comienzan a avanzar a través de las mazmorras. Vashj le dice que podrían ir a ver a Illidan, y que podría ayudarlos con sus problemas de sed de magia. Moviéndose por las mazmorras, van liberando a los demás elfos sanguinarios, y a los tenientes de Kael. Mientras avanzan, consiguen varios libros arcanos, objetos únicos de otras razas, y encuentran a los espíritus de los 4 archimagos que Arthas asesinó mientras invadía Dalaran, los que no podían descansar en paz. Al eliminarlos y darles descanso, consiguieron un poderoso artefacto, el anillo de los archimagos.
Cuando ya casi alcanzan al último teniente, se topan con un fuerte contingente de la Alianza luchando contra un igualmente poderoso contingente de muertos vivientes de Azote, que huyeron a las mazmorras cuando su campamento era arrasado. Luego de llegar al camino que llevaba a la salida, los guardias liberan a unos golems de carne, con los que los magos solían experimentar.
Al llegar a la entrada a la prisión principal, se topan con el Carcelero Kassan, quién le dice que es todo lo lejos que podrán llegar, y luego, cuando Kael le responde, se retira diciendo: "Es triste ver como se pierde un buen mago. Haz lo que tengas que hacer."
Luego de esto, liberan a todos los otros prisioneros que quedaban en la zona, enfrentando y asesinando a Kassan. Kael no sabe que hacer, pero Vashj le dice que si le consigue algo de tiempo, podría conseguir que todos los elfos sanguinarios entraran en el portal a las Tierras Devastadas, y emergen a la superficie.