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Historia[]

A medida que los trols de bosque llegaron a Lordaeron con intenciones de dominarlo, los trols de selva se hicieron con las selvas al sureste del antiguo Kalimdor. El imperio de los trols de selva debe su nombre a su tribu más fuerte: los Gurubashi. En la era moderna, la palabra Gurubashi se utiliza para referirse al antiguo imperio de los trols de selva y a todos los trols de selva por extensión o solo a la tribu Gurubashi. Los imperios Gurubashi y Amani lucharon contra los incansables aqir hasta que el reino de los insectoides se dividió en dos, pero los trols nunca consiguieron una victoria real.

Tras el gran Cataclismo, la hambruna y la violencia se extendieron hasta que los trols de selva rezaron a sus dioses pidiendo ayuda. Uno de los dioses respondió: Hakkar el Cazador de Almas. Éste otorgó a los trols de selva un gran poder, pero a cambio pidió que sacrificaran trols en su nombre. A medida que su sed de sangre crecía, ordenó a sus sacerdotes, los Hakkari, que buscasen una forma de invocarle físicamente al mundo para que pudiese drenar la sangre de sus víctimas directamente.

La mayoría de los Hakkari estaban horrorizados por la idea, pero los Atal'ai, una pequeña facción extremista de los Hakkari, aceptó cumplir el deseo de Hakkar. Antes de que los Atal'ai pudieran completar la invocación, los Hakkari y otros trols de selva organizaron una revuelta. Incluso la tribu de los Zandalar se unió en la lucha contra Hakkar, cuyo avatar en Azeroth fue finalmente destruido. Expulsados de las selvas, los Atal'ai fueron cazados casi hasta la extinción. Solo un pequeño grupo de Atal'ai escapó al Pantano de las Penas, donde construyeron un importante templo a su dios en secreto: el Templo de Atal'Hakkar.

Los Hakkari, también, fueron asesinados o exiliados por las maldades que habían hecho en nombre de Hakkar. Con gran amargura y desesperación, se unieron a los Atal'ai en su pantano y decidieron traer al dios sediento de sangre a Azeroth. El Dragón Aspecto verde, Ysera la Soñadora, enseguida se enteró de los planes de los malvados sacerdotes y aplastó el templo bajo las marismas. A día de hoy, las ruinas están custodiadas por majestuosos dragones verdes. No obstante, los trols hablan de una profecía según la cual algún día Hakkar renacerá encarnado para adentrarse en el mundo.

Los supervivientes del Imperio Gurubashi se separaron por caminos diferentes, reivindicando territorios en las vastas selvas de Vega de Tuercespina. Estas tribus dispersadas comenzaron a luchar entre ellas, y por fin los Lanza Negra abandonaron el continente y se asentaron en una remota isla desierta, donde permanecieron hasta que se unieron a la Horda y participaron en la Tercera Guerra. Hoy en día los Lanza Negra viven en la costa sureste de Durotar.

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